“Empresas, negocios, marcas con propósito”
Te confieso que cuando empecé a escuchar este término, me causó curiosidad. Estaba acostumbrada a que las empresas tenían su misión y visión (que es parecido) y me tocó alinearme con algunas cuando trabajada para ellas.
Según la RAE, el propósito es:
m. Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo.
m. Objetivo que se pretende conseguir.
m. Asunto, materia de que se trata.
La cosa es que con el tiempo lo empecé a escuchar cada vez más y me fui sintiendo con la obligación de tener súper identificado el mío.
Es que me lo pintaban como algo muy elevado, y claro, yo como diseñadora de marcas, no encontraba esa elevación tan trascendental para la vida de un ser humano.
Me decía a mí misma: “lo que hago no es imprescindible”.
Y claro que no lo es dependiendo desde dónde se mire.
Con el tiempo, y poniendo un poco más de atención a lo que hago, fui escarbando mis motivaciones en la vida y puede responder estas preguntas:
¿Con qué ánimo o intención hago lo que hago?
Siempre me gustó el dibujo (desde niña) y me aventuré a estudiar diseño gráfico por lo mismo (en corto) y era una conversadora innata. En ese momento no sabía que me desarrollaría como diseñadora de marcas.
También estudié publicidad por una cosa meramente monetaria, mi propósito era enriquecer mis habilidades para tener más oportunidades laborales y ganar más con ello.
No me di cuenta, pero caí plantada en la escuela de publicidad en esos años que forjaron y potenciaron mis habilidades comunicacionales, las que siempre se notaron en cada empresa que trabajé, desde aportar al buen clima laboral, hasta animar una fiesta de fin de año, entre otras cosas.
¿Cuál es el objetivo que pretendo conseguir?
Mi mayor objetivo para emprender fue el criar a mi hija y no tener que desapegarme tan pronto de ella. Haciendo lo que me gusta: diseñar. Y qué mejor, aportando a quien lo necesita con algo que me hace feliz. Donde gano económica y profesionalmente, y mis clientas ganan al recibir la ayuda que necesitan para hacer crecer sus marcas.
¿Y de qué trata eso que hago?
De diseñar marcas encantadoras a mujeres que emprendieron y que necesitan transmitir una imagen más profesional, conectada con sus valores y personalidad de marca.
Porque cuando muchas parten, lo hacen como pueden con lo que tienen y no siempre es lo mejor. Lo he visto mucho, pero sé que es parte del proceso emprendedor.
Entonces cuando ya tiene un mercado probado, ventas constantes y la película clara de para donde quieren ir, ahí nos encontramos y nos entregamos lo que necesitamos: a mí, permitirme hacer lo que disfruto y tener una retribución económica por ello; y a ella, una imagen que conecta y le permitirá dar un nuevo paso en el crecimiento de su empresa donde también lo verá reflejado en sus ventas.
El propósito siempre ha existido
Cuando trabajaba con agencias de publicidad en empresas grandes, las campañas de lanzamiento de algún producto siempre estaban orientadas a encontrar una razón por la cual compraras ese producto y que no fuera meramente transaccional o para cubrir una necesidad básica. Y eso se hacía justamente para conectar con emociones más profundas de los clientes que nos hiciera destacar o diferenciar por sobre la competencia y creara así el preciado compromiso de los clientes hacia la marca.
Por ejemplo: una pizza se vendía como una forma de conectar con tus amigos, con la familia y su fin último era el compartir con tus seres queridos, pasarlo bien y disfrutar, el mensaje no era “cómprame si tienes hambre”.
Pero los tiempos han cambiado y empresas gigantes hoy en día están trabajando en encontrar un propósito cada vez más profundo que CONECTE con sus audiencias, porque hoy los consumidores vamos más allá de lo meramente transaccional y nos damos cuenta cuando nos quieren contar un cuento para vender.
Hoy gracias a las redes sociales podemos hacer público lo que nos gusta y lo que no de una marca. Por esto el conectar de forma HONESTA con los VALORES que tiene tu público es prioritario y se debe respirar en el aire, se debe percibir en todos tus puntos de contacto, en lo que haces interna y externamente en tu empresa.
Y esa honestidad, a veces nos da miedo contarla en nuestros propios negocios o a veces no la hacemos visible por estar haciendo lo que todos hacen en automático, y sin detenernos a mirar un poco más dentro de nosotros y hacer match desde ahí.
Todo esto te lo cuento porque si estás pensando que el propósito es muy difícil de encontrar, ¡ESTÁS EN LO CIERTO!
Muchas veces cuesta (no digo que siempre), pero en algún momento lo identificamos, porque ya lo estamos haciendo, viene haciendo lo suyo de forma silenciosa hasta que lo ponemos en palabras.
Cuando te pongas a trabajar en la identidad visual de tu marca: el cómo se ve y siente tu marca a través de tu logotipo, web, redes sociales, tu tienda, tus productos, papelería, presentaciones, etc. Tenlo claro, responde esas preguntas y no te nubles pensando que tienes que ser la próxima Gandhi para tener un propósito en la vida.
El propósito se va rebelando y transformando también en el tiempo según cuan abiertos tengamos nuestros ojos, nuestros sentidos y VEAMOS lo que nos rodea.
Por ejemplo, cuando partí hace 30 años mis motivaciones eran distintas a la que tengo ahora. Hoy soy cada vez más consciente de los daños que como humanidad le estamos haciendo a nuestra Tierra y los desafíos que tenemos para disminuir el deterioro medio ambiental, formar y ser buenas personas y hacer lo que esté a nuestro alcance para ser un aporte en ello.
Son tiempos difíciles. Y esto también se ve reflejado en el trabajo que hacemos y para quién lo hacemos. Lo que ha complementado y ampliado la forma de vivir mi propósito.
Me encantará conocer tu opinión acerca del famoso propósito. Por favor déjame tu comentario o escríbeme a diseno@bernarditamaturana.cl
Por más marcas encantadoras 🤜🏼🤛🏼
Que tengas una gran semana
Berni
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