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Foto del escritorBernardita Maturana

¿Cuándo invertir en la imagen de tu marca?

Actualizado: 1 ene 2020


¡¡¡Uh!!! Tremenda pregunta para terminar/empezar el año. Vamos a responderla.


He detectado algunas etapas del proceso de creación de la marca de un negocio propio (iniciales o ya un poco más avanzados) en varias personas y podría contarte lo siguiente:


Etapa 1: Empezar (Da lo mismo cómo)



Supongamos que estás recién partiendo con tu idea de negocio. Te costó tirarte a la piscina, pero te atreviste y hoy te sientes libre de jefes y con toda la ilusión de tirar pa'rriba con tu emprendimiento. Amas esta idea y estás trabajando duro por ella.


Te has tenido que preocupar de muchas cosas, pero por sobre todo de que tu producto o servicio sea impecable. Imaginemos que vendes jabones. Son los mejores, has encontrado fórmulas espectaculares, aromas y propiedades asombrosas para la piel.


Te pusiste a producir como una máquina. No tienes mucha plata para invertir, así que hiciste las etiquetas con el nombre de tus jabones (marca) en Word y las imprimiste en la impresora que tienes en tu casa desde que eras estudiante. Las ves maravillosas, es tu creación. Tu esfuerzo que se materializa.


Empacas tus jabones. Les sacas fotos con tu celu, poniéndole todo el cariño que se merecen y las subes a tu recién creada cuenta de Instagram (claro, una cuenta especial para tu empresa). Comienzas a promocionarlos y empiezas a tener tus primeras ventas. ¡Ya no puedes más de la emoción! Te han comprado tus amigos, tus familiares y compañeros de trabajos anteriores. Todos saben cuánto te esforzaste por cumplir este sueño.



Etapa 2: La desilusión (El porrazo)



Ya estás vendiendo más. Ahora también le vendes a amigos de tus amigos. Has visto más cuentas de emprendimientos que hacen lo mismo que tú… ¿Pero cómo? ¡No soy la única persona que hace esto! Primera desilusión.


Entonces ves los lindos logos, etiquetas, feed de Instagram y más que tienen estas empresas y te achacas. Segunda desilusión. Pero solo por un rato porque tu alma emprendedora te tira pa'rriba de inmediato y en vez de quedarte ahí, te inspiras en estos “competidores” y te motivas a hacerlo mejor.


Sigues sin tener tanto retorno de tu inversión, con suerte te alcanza para vivir. Tercera desilusión. Así que tomas acción y comienzas a usar todas las herramientas gratuitas que ofrece la tecnología:


  • Haces tu logo en 5 minutos en una APP. Con poner algunos antecedentes de tu marca se hace como por arte de magia tu logo. Esto sí que es maravilloso. Te dices: “Ahora si que soy profesional”

  • Luego descubres Canva y la cosa se pone mejor aún. Ya puedes hacer tus etiquetas bellas. Para el jabón de muestra una chica y para el pack de regalo una más grande… Definitivamente hermoso. ¡Ups! El logo no te cabe en la etiqueta chica… no importa, haces otro (segundo logo) que te quepa y listo.

  • Además ya puedes hacer tus post para redes sociales súper lindos en esta APP. Los hay de tantos colores, con tantas maneras de poner las fotos. Muchos tipos de letras. Son tantas plantillas bellas que las usas ¡todas!


Etapa 3: La iluminación (Abriste los ojos)



Luego de un tiempo, ya estás queriendo vender a más personas. No solo quieres tener plata para vivir, también quieres darte algunos gustos, tener para imprevistos o al menos no vivir con el cinturón tan apretado. Entonces te das cuenta que tienes que abrir tu mercado. No le puedes seguir vendiendo solo a tu círculo cercano, sino que tienes que ir a buscar clientes fuera. Se está poniendo más complicada la pista. Mmmm… ¿Cómo lo hago?


Entonces, recuerdas todos los consejos que te daban acerca de la imagen de tu marca en las capacitaciones a las que fuiste, esos sitios web y cuentas de redes sociales donde gente que sabe de la materia enseña a construir una marca para que un negocio no solo SEA, sino que también PAREZCA PROFESIONAL, con el fin de dar confianza a tus posibles clientes y en consecuencia se concrete la VENTA.

  • Te diste cuenta que tu logo, es muy parecido a varios que usaron esa APP u otra del mismo estilo y que no representa los valores de tu empresa.

  • También viste que tu perfil de Instagram parece una verdadera feria con todos los estilos de diseño distintos que usaste y carece de personalidad propia.

  • Captaste que tus etiquetas no pueden tener un logo distintos dependiendo del lugar que ocupe en ella.


En resumen, pudiste ver que:

  • Lo que se ve de tu marca no es coherente visualmente.

  • No transmite tu propósito y al fin de cuentas,

  • No parece lo que tú quieres para ella.

Es entonces cuando podemos responder la pregunta inicial:


¿Cuándo invertir en la imagen de tu marca?

¡AHORA!


¡Recuerda que no hay que solo SER, sino también PARECER!

 

Todas las etapas son completamente válidas. Ninguna es mala. Es un camino que todos recorremos y muy necesario. Porque sin la experiencia no se aprende. Al vivirlo nos queda impregnado en nuestra mente y podemos ENTENDER el por qué de muchas cosas que hemos aprendido solo en teoría. Sin el recorrido, no hay logro.


En el último día del año deseo que sigas tu camino. Que si te caes, sea las veces necesarias para aprender, pero por sobre todo para LEVANTARTE, ajustar perillas y seguir adelante con el espíritu emprendedor que te caracteriza.

El 2020 nada te detiene.


Un abrazo con todo el power.


Berni


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